Te amaré después de siempre


Paró el motor del coche.  La lluvia cubría los cristales y debido al frío de esta empezaban a empañarse. Abrió la puerta y bajó.  La lluvia comenzó a golpearle en la cara sacándole de su letargo. Giró la cabeza progresivamente haciendo una panorámica del lugar. Era triste y desolado, mostraba los restos de lo que podía haber sido antaño la plaza central de algún pueblo ahora abandonado, era una explanada muy amplia,  ahora vacía y sola, invadida en parte por la naturaleza y en concreto en esa tarde por el repiqueteo de la constante lluvia.
Avanzó hacia el centro de aquella explanada tranquilamente a pesar de que el agua comenzaba a calar en todo su cuerpo  y allí se detuvo, con la mirada perdida en algún lugar.

El crepitar de una rama atrajo su atención. De repente su corazón dio un vuelco, era ella. Estaba escondida tras un árbol, observándolo con cara tranquila. Intento correr hacia ella, pero no podía moverse, se había quedado paralizado, algo le amarraba a aquella plaza. Empezó a intentar levantar las piernas con todas sus fuerzas, a intentar girarse, moverse, pero no podía. Parecía que se hubiera congelado allí en aquel sitio.  Ella se dio la vuelta y comenzó a alejarse.  No podía ser.  ¿Que era lo que estaba pasando? tanto tiempo buscándola sin descanso y ahora que la encontraba no podía ir hacia ella. La desesperación se apoderaba de él y empezó a hacer una fuerza inmensa para poder moverse, comenzó a gritar como un loco fruto de la desesperación. Las venas se tensaban como cuerdas en su cuello mientras que las  lágrimas empezaban a anunciar la impotencia que sentía en aquel momento. Justo entonces ella desapareció en el infinito, la fuerza que le retenía desapareció y cayó contra en suelo, primero de rodillas y después golpeó con la cara en el frío y húmedo suelo. Un gemido salió de lo más profundo de su interior.

Abrió los ojos sobresaltado, todo estaba a oscuras, el sudor empapaba su cuerpo y sentía un dolor de cabeza horroroso. Había vuelto a tener la misma pesadilla.
Se incorporo sobre la cama y encendió la pequeña lámpara que tenía sobre la mesilla. Miró al frente y allí estaba ella, en la foto que se habían hecho hacía ya un año atrás cuando estuvieron viajando por el mundo. Parecía que hubiera sido ayer, pero sin embargo ya hacía siete meses que no sabía nada de ella. Un nudo apareció en su garganta, apagó la luz y recordó el día en que en medio de una discusión ella salió corriendo del apartamento.  Luego vino todo lo demás . . . Las lágrimas volvieron a enjugar sus ojos mientras una sola idea habitaba su mente . . .




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