Dicen que cuando presientes tu muerte inminentemente, el tiempo se para y tu vida pasa rápidamente como si estuvieras viendo una especie de tráiler de tus recuerdos.
No sé si eso es cierto, si pasa de verdad o es parte de la invención romántica que hacemos de la vida.
El que escribe al menos no puede opinar al respecto ya que no se ha encontrado en dicha situación afortunadamente.
El que escribe al menos no puede opinar al respecto ya que no se ha encontrado en dicha situación afortunadamente.
Ahora, si en algún momento el tiempo se para, el viento se congela, parece que el mundo girará en torno a tí, sin duda alguna ese momento es cuando te das cuenta que estas enamorado.
Pensabas que eras un lobo solitario, un guerrero de esos que ya no quedan, el protagonista de una peli del Oeste de esos que no necesitan de nada ni de nadie, de esos que se valen solos ante cualquier adversidad. Pues no, porque ahí estás tú con una mirada perdida en el vacío, con una cara de capullo de esas que para igualarla te tienes que remontar a cuando eras un niñito de cinco años, un niñito que se acaba de dar cuenta que se ha hecho caca encima.
La diferencia es que ahora ya no tienes 5 años, tienes 20, 30, 40, 50, 60, . . . porque señores para esto no hay una edad marcada.
La cuestión es que ahí estas tú con tu mirada perdida, con un miedo que no te ha dado nunca nada, con algo que no te deja tragar, pensando en unos ojos y una sonrisa tan especiales que no has visto nada igual, un aroma que te embriaga hasta el pensamiento. No sabes ni que es lo que te está pasando, ni que hacer al respecto, tú que pensabas que todo lo conocías ahora te sientes desbordado por un sinfín de sentimientos encontrados.
Parece que vas a estallar.
Parece que vas a estallar.
Pero en un momento, sin apenas darte cuenta de que el tiempo se estaba moviendo mientras tú estabas ahí congelado y aterrorizado, te das cuenta de que estás en una calle esperando y al otro extremo aparece ella. En ese momento todo se descongela y la luz ilumina el momento, sea la estación que sea todo se torna primavera. Tus ojos conectan con los suyos y a través de ellos ves la vida como nunca la habías ni imaginado, nunca te habías sentido mejor.
De pronto labios que se encuentran dan paso a una explosión de algo tan maravilloso que las palabras no pueden describir. Los miedos han desaparecido y solo sabes que tienes ante ti a la persona que calma todos tus temores y deseas que su compañía acaricie tu alma cada día.
NO HAGAS QUE SAN VALENTÍN SEA UN DÍA ESPECIAL, PORQUE SI DE VERDAD ESTAS ENAMORADO HAZ QUE LO ESPECIAL SEA PASAR CADA DÍA DE TU VIDA A SU LADO.
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