La sombra de Peter Pan

Cuentos cortos, relatos divertidos
Capitulo 1: "Una vez le dijo su sombra: Con tanta gente a tu alrededor es muy fácil desaparecer".

Mary la esposa de Peter era una persona muy activa a la cual le entusiasmaba cualquier cosa que fuera pasar tiempo con sus hijos, amigos y familiares. Le gustaba mucho ir de viaje, hacer compras y estar siempre de un lado a otro con la gente que más quería.

Ella siempre restaba importancia al trabajo, era mucho más importante mantener una cabeza llena de ilusiones y felicidad antes que un baúl de objetos obsoletos. Así era como llamaba al trabajo, algo absurdo por culpa de la gente, gente que trabaja más horas de lo debido y que pasaba la mayor parte de su tiempo fuera de casa dejando los niños a cargo de la niñera o de los abuelos.

Su manera de ver las cosas la hizo crear un cuento de fantasía, una manera distinta de ver la vida. Donde un coche negro, robusto y algo feo, se convertiría en un fantástico transporte lleno de colores.

Recuerdo como cada vez que se montaba en el coche, éste arrancaba y a su paso dejaba un destello de colores como si se tratara de un un arco-iris. Si aquel día llovía los charcos se convertían en acuarelas de colores, y el viento era un hombre fuerte y simpático que ayudaba a subir las cuestas más pesadas hasta llegar su casa.

En el aquel entonces Peter era un hombre de negocios y padre de familia. Siempre pendiente de su trabajo y pegado a su teléfono, mantenía conversaciones largísimas con más de 1000 personas al día sin darse cuenta de que con quien más debía hablar  era con la gente más cercana a él. Sin embargo él pensaba que los primeros valores en la vida eran tener un buen trabajo para poder mantener a su familia.

Durante sus largas conversaciones de teléfono con los compañeros de trabajo y con sus jefes siempre estaba de buen humor y siempre sabía como sacar una pequeña sonrisa a toda persona conocida. Podríamos decir de él que Peter era una persona muy sociable, amigo de sus amigos.

Sin darse cuenta que prestar tanta atención al resto de la gente hacía que dejara de lado lo más importante. Su esposa se lo repetía una y otra vez pero él hacía todo cuanto era posible por pasar el mayor tiempo con sus hijos, aunque eso no era suficiente.

-Peter, llevas toda la semana fuera de casa, no ves a los niños de hace días, y has cancelado la excursión que les prometiste. Ya lo has hecho tres veces. Te pido por favor que esta vez no les falles. - Le decía Mary con voz algo apagada.

Peter miró a los niños se acerco a ellos y dijo -No os preocupéis esta vez le he dicho a mi jefe que tengo un viaje familiar y me tomaré el fin de semana libre. Estaremos todos juntos y pasaremos un día estupendo.-

…A tan sólo unas horas de salir de casa Peter recibió una llamada muy importante. Debía marchar a Chicago para una reunión de trabajo. No podía dejar de lado a su jefe, se trataba de cerrar un negocio del que llevaban meses detrás de él.

Y otra vez volvía  a pasar… había dejado a su familia sin darse cuenta que ellos también esperaban ese viaje desde hace tiempo.

En cuanto que Peter salió por la puerta, Mary se enfado mucho pero le sirvió para coger mucha fuerza y tomar un acto de valentía, agarró a los niños de la mano y se fue con ellos a hacer la excursión sin Peter.

Aquel viaje lo había cambiado todo para los dos, mientras que Peter se dirigía en un vuelo hacía Chicago, Mary estaba de camino a la excursión que habrían hecho juntos.

Sin pensar en lo sucedido y para no disgustar a los niños Mary cantaba y reía mientras andaban por la calle. Las farolas eran como enormes piruletas, recuerdo que hacía un sol espléndido. Si nos cruzábamos con alguien se ponían a cantar y a bailar con nosotros. Era algo contagioso. No podíamos parar.
Había casas de todos los colores, rojas, verdes, rosas, violetas… incluso nuestros vestidos se transformaron y se llenaron de colores, era como si todo a nuestro alrededor quisiera estallar de alegría y felicidad. Con miles de colores, gente que salía de todas partes, y que parecía que por un momento habían dejado su trabajo para saltar y echar a bailar a las calles.

Nuestros cuerpos eran muy ligeros, en cada salto era como si pudiéramos volar. Agarrada de los niños se miraron y como si se leyeran el pensamiento sonrieron, cogieron impulso y dieron un gran salto que les elevó hasta las nubes viendo como la gente les miraba y se despedían mientras seguían bailando y sonriendo.

Sin saber como, habían llega a un lugar poco común. Una pequeña isla donde se podía ver a sirenas, cascadas enormes, casas en los árboles, piratas… pero no esa clase de pirras malvados sino piratas… como decir… algo risueños, les gustaba estar siembre contando chistes…

Aquello era un lugar fantástico.

Un pequeño hombre paseaba por allí repartiendo todo tipo de golosinas y Mary que lo ció aprovechó para preguntarle -Disculpe pequeño hombre, sabría decirme donde estamos?- El hombre sin mediar palabra sonrió e hizo un gesto señalando detrás de Mary y los niños. Allí se podía ver un cartel enorme de madera en el que estaba tallado "Bienvenidos al país de Nunca Jamás"

No sé como pudo aparecer ese cartel porque juraría que al pasar por ahí no estaba. No dejábamos de sorprendernos a cada paso que dábamos, aquellas calles y zonas llenas de césped verde.

Continuará ….

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