Home sweet home



La primera gota acababa de terminar su viaje contra la luna de aquella Volkswagen Type2.  El cielo lucía su vestido de nubes grises aquel medio día. Corría la primavera del ochenta y nueve y en la radio sonaba “Child in Time” de Deep Purple. Los chicos dormían en los asientos traseros de la furgoneta.Tomo la curva que le llevaba hacía el túnel que tantas veces los había visto pasar a lo largo de los años. Lo tomó, se deslizó por su interior sin hacer ruido y salió de él sin despedirse. Seguramente de haber sabido que era la última vez que se veían se habría despedido. Sin duda alguna que lo hubiera hecho,  era un nostálgico de los que hacen esa clase de cosas.
Miro sus manos frías sobre el volante, las apretó con fuerza y al instante la relajó. Se fijo en ellas, en como estaban de curtidas, en como habían cambiado, eran unas manos viejas.  Y es que muchas cosas habían pasado desde su primer viaje con el grupo, muchos conciertos, muchas mujeres, muchas experiencias y sobre todo muchos años en la carretera desde que comenzaran a hacer giras allá por el setenta y cuatro. Ya no eran unos chavales ni mucho menos y el lo sabía. Los tiempos estaban cambiando y ellos con el tiempo. Ya no tenían aquella motivación fantástica que siempre le asombró. Tampoco tenían la misma energía, ni las mismas ganas de descubrir cosas nuevas.
Pero si había algo que sin duda ya no tenían, era que no tenían los mismos años.Estaba sumido en sus pensamientos cuando Jhon se sentó a su lado, en el asiento de copiloto.-¿Qué tal conductor? –dijo Jhon con una sonrisa a la vez que daba unas palmaditas a su amigo Leo en el hombro a forma de saludo.-Aquí hablando con la carretera –contesto Leo mientras adelantaba a un coche.-¿Y que te dice?-Me dice que nos hacemos viejos Jhon, que sin que nos hayamos dado cuenta han ido pasando los años y nos han robado tiempo, –miró a su amigo con nostalgia- ¿no crees?Jhon miro al horizonte pensativo, alargo su silencio fijándose en una moto azul que pasaba a su lado y después miró fijamente al perfil de su amigo, que seguía conduciendo.-De eso venía a hablar contigo.-¿A hablar de que? –contestó rápidamente Leo-Mira Leo, he estado hablando con alguno de los chicos y me dan su visto bueno, aún así quiero que todos lo entendáis –dejó que en durante cuatro segundos fuera protagonista el silencio y siguió hablando.- ¿Hace cuanto que tocamos? ¿veinte años? Al menos quince viajando, eso si que lo se –afirmó – He disfrutado de esto más que nadie y sin duda no lo hubiese cambiado por nada, pero ya estoy cansado. Tengo ganas de probar otras cosas.- Se quedó pensativo.-Estaría bien ir al cine una mañana, después de haber dormido diez horas y tomar un buen desayuno de esos con tostadas y café. Vivir en un pequeño pueblo tranquilo en el campo. Tal vez casarme y estar en el mismo sitio más de seis meses, no moverme de mi salón o mi jardín. Leer. Estar más con mis hijos.Leo no dijo nada. Apartó un momento la vista de la carretera y miró a su amigo.-Dejo el grupo hermano. Me retiro. Quiero conocer otras cosas, vivir una vida tranquila- explicó Jhon con el afán de que su amigo le comprendiera.-Son muchos años. Tal vez demasiados. Te comprendo –afirmo Leo moviendo la cabeza.-No le des más vueltas Leo –consoló a su amigo.- Lo hemos hecho bien.

Leo miró a la carretera. Había empezado a llover con fuerza. Subió el volumen de la radio, sonaban ahora los Motley Crue “Home sweet home”.
Los ojos se le humedecieron e intento reprimir recuerdos del ayer, no quería ponerse nostálgico de nuevo.
Aquella idea le había estado rondando en los últimos tiempos y ahora había llegado el momento. El fín de los días de carretera, el fin de las giras.
Sabía que el grupo había llegado a su fin.Volvían a casa.


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