Realmente necesitaba un cambio en su vida. Tenía 35 años y la verdad que había hecho un montón de cosas. Se había cultivado en varias materias, había viajado por variedad de lugares, le inundaban la mente miles de experiencia vividas, había conocido y estado con muchísimas mujeres, y había tenido otros tantos cientos de amigos. Pero, ¿realmente había saboreado la esencia de la vida?, ¿había tenido verdaderas experiencias vitales?
-Joder, ¿has visto a esos putos indios del amazonas?, como surcan el rio cada mañana en busca de su día. Dicen que algunos jamás pisan tierra, pasan mucho, mucho tiempo viviendo en sus pequeñas canoas, enfrentándose a la naturaleza, a las fieras salvajes…, claro está a las de fuera y a las de dentro de la canoa, porque mi querido amigo, esos pobres hombres viven en un metro y medio cuadrado con su mujer y su suegra y eso compañero, eso sí que es valentía. – dijo divagando, mientras que se terminaba un tercio de cerveza y seguía tirado en una hamaca.
¿De qué coño estás hablando? –dijo Santi alucinado- Estas fatal de la cabeza macho. Has vuelto a fumar hierba últimamente ¿a que sí?
Tranquilo tigre –dijo riéndose – Estoy trabajando mi jardín zhen interior y como decirte, me siento vacio, siento que me falta algo, que no avanzo desde hace mucho tiempo, que quizá llevo todo ese tiempo perdido porque no estoy en el lugar adecuado.
Santi se quedo en standby durante unos segundos, alucinado y con los ojos como platos – Tú no estás bien, no señor, estas como una puta cabra. ¿Jardín Zhen? –dijo en voz alzada – Dame la mierda que te estés metiendo ahora mismo –dijo mientras se inclinaba hacia la hamaca en que Henry estaba tumbado.
Los dos empezaron a forcejear cómicamente, hasta que la hamaca volcó hacia un lado, quedando los dos revueltos uno por encima del otro.
Ahora en serio, ¿Qué coño está pasando en esa cabeza tuya? –preguntó en un tono más serio Santi – amigo tú necesitas mi ayuda muy seriamente. Sé que siempre ha sido al revés, pero ha llegado el momento, tú , el gran Henry Cauver, el mismo que se cepillo a Alicia Márquez en último curso, la tía mas buenorra que ningún chaval de 17 años pudo imaginar, ¡tú¡ ahora necesitas mi ayuda chavalote –dijo haciéndose el importante- y tú la vas a tener.
No hay comentarios:
Publicar un comentario